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martes, 17 de mayo de 2011

El Visitante Inesperado

Era una de estas noches pasivas, las luces apagadas, el silencio absoluto, todos acostados disponiéndonos a dormir, cuando a eso de las 10 de la noche, entra mi hijo a mi recámara de pronto con cara de inquietud y me dice:

—¿Escuchaste eso mami?”

—No, ¿qué fue?”

—Sonó como si alguien cayera en la piscina

—¡Qué!

Antes de que yo preguntase dos veces, este chiquillo de 13 años lleno de adrenalina adolescente se dio media vuelta, dispuesto a descubrir el origen del ruido…

Me levanté temerosa, tanto por lo que pudiese sucederle a mi hijo en su arrebato, como por el misterioso ruido salido de la nada en plena paz de la noche. Bajamos las gradas en silencio, intenté decirle que tenga cuidado, pero tomó las llaves de la puerta que da a la terraza y la abrió despacio. Me acerqué a la ventana y efectivamente el agua de la piscina se estaba moviendo, como si algo o alguien hubiese interrumpido la acostumbrada paz que tiene el agua en reposo.  Prendí las luces de la terraza, salí detrás de mi hijo en estado de alerta, pero no encontramos nada. No se veía nada, sin embargo el agua estaba aún con movimiento cada vez más leve como comenzando a calmarse, era seguro que alguien la había movido, nos vino la duda entonces: lo que cayó, salió por sus propios medios. Comenzamos a buscar huellas de agua fuera de la piscina, en efecto: Por una esquina de la misma había una mancha grande de agua, el resto estaba seco. Esto confirmaba que no era algo, era alguien que había entrado y salido. Tuve más precaución y miré hacia el jardín. Mi hijo siguió el rastro de agua que llevaba hacia las afueras del jardín, tratando de encontrar otra pista o algo que dé una explicación, pero la oscuridad del jardín no ayudaba mucho. Nada, no se veía nada. Me incliné para ver en detalle el rastro del agua y descubrí unas huellas… ¡Eran las huellas de un gato!. Pobrecito, ese gato no vuelve más por estos lares, reímos un rato con mi hijo antes de acostarlo con un beso. Regresé a mi cama contenta: Al fin tengo a alguien que cuida de mi. Apagué todo y volvimos a dormir.

4 comentarios:

  1. Gracias por sacar unos minutos de tu tiempo para leer mis relatos

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  2. ¡Que hermoso relato!, con suspenso y sin golpes bajos.
    Me encantó.

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  3. gracias Moli por tu comentario :) un abrazo hasta la Argentina

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