Está bien, no voy a hacer campaña, aunque tal vez alguna de mis intensiones ocultas sea rescatar los valores tradicionales que tienen los pueblos y su gente, algo que lastimosamente no provoca tanta publicidad como una buena guerra anti terrorista con cientos de cuerpos desperdigados por televisión. No desmayaré, sin embargo, lucharé desde acá por demostrar que aún existen pobladores en armonía universal y económica, aunque tenga que meterme en lo más recóndito de este planeta, encontraré lugares que logren demostrar una coexistencia sana. Acompáñenme en este nuevo recorrido y descubramos juntos cómo varios pueblos organizados logran hacer historia.
Intrigada por la fama de ésta zona, decido incluirla en mi lista de lugares significativos para visitar, así que aprovechando la viada y la guía sabia de mi padre, en aquel maravilloso viaje que hicimos juntos, fuimos para Salinas en la provincia de Bolívar, Ecuador.
Quiero imaginarme lo que cuenta la historia de este lugar: un misionero salesiano, llamado Antonio Polo, lleno de paciencia y sabiduría, llegó a estas tierras del altiplano andino, a mas de 3,550 msnm, cuando no existía carretera viable que interconecte estas parroquias por allá los años de 1970, para educar en la fe cristiana a tanto poblador indígena encontraba; una tarea colonizadora de la nueva era; descubre en el tiempo que la gente tiene más habilidades de lo que pensaba, más ímpetu de lo que suponía y más recursos naturales de los que imaginaba, hacía falta una buena organización, así que decide emprender una misión admirable invitando a varias familias de cerca de 33 comunidades indígenas a unirse en su cruzada y dando forma a un proyecto de desarrollo autosustentable, funda la Industria de “El Salinerito” del Grupo Comunitario Salinas.
Y más producción como para saciar mi curiosidad:
Los Hongos de la variedad “Boletus” similar al Portovelo, que nacen espontáneamente en los árboles de pino que envuelven la zona y que cosechados en invierno, son secados, deshidratados, empacados y exportados hasta en un 70% para la cocina gourmet más exigente.
La industria textil, desde trasquilar la oveja, lavado de la lana, desinfección, enjuague centrifugado, secado e hilado. Esta producción se envía a una cooperativa de mujeres tejedoras que se encargan de elaborar las prendas de vestir que terminan exportándose a Alemania, Austria, EEUU y Canadá.
La industria de la soya que produce leche, quesos, yogurt, pastas, pan, galletas.
El vino orgánico de frutas silvestres, mermeladas, jaleas y dulces
Y los objetivos no terminan aquí, los planes se orientan a hacer un Instituto como el Zamorano, escuelas agrícolas que eduquen más gente que trabaje en más proyectos, que permita que el sustento sea permanente hacia más familias, que involucre a más comunidades y más gente con conciencia venga a visitarlos para que difunda su admirable obra.
Terminamos nuestro recorrido en las tiendas artesanales que exhiben la habilidad manual de estos artesanos tan gentiles enfocados a complacer a turistas curiosos como nosotros.
Nos queda un sabor de nostalgia, no solo por el momento de partir, sino por la grata experiencia aprendida y el orgullo de saber que aún existen en el mundo, lugares así de asombrosos por descubrir.
"Economía Solidaria es la que pone
en el centro a la persona humana
con su elemento de convivencia.
Esto es lo que hacemos en Salinas.
La parte económica es un
elemento invalorable para la
persona humana,
pero no es el fin"
Padre Antonio Polo.
Me encantas como escribes! sigue adelante ademas me haz inspirado de nuevo a escribir y sabes que es el mejor relajante que existe
ResponderEliminarLas raíces tiran hacia la tierra...allí mismo en los orígenes.
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