(Poema escrito para Wanayran Angerer, en agradecimiento a su maravillosa terapia de sanación "SANANDO CANTANDO BOLEROS", que ofreció a los ancianos del Hogar de N. S. de Fátima en el Chorrillo - Panamá, 2012)
Por: Yadyra Yánez de Paz y Miño
Me miras y tu mirada se pierde en el
tiempo,
Me escuchas y las palabras rebotan en
el aire
Recorres con tus ojos el espacio que
nos queda
Intentas reconocer mi rostro, tocar mi
cara y entender mi voz
Pero tus memorias te alejan nuevamente
Haz olvidado quien eres, haz olvidado
donde vas
Vuelvo a perderte en el abismo de tu
mente
Hace tantos años que vives aquí, que
ya perdiste la cuenta
Hace tantos años que existes aquí, que
ya estás cansado
Soy un rostro más que se perderá en el
talud de tu historia
Como tantas cosas que el tiempo se
lleva
Como tantas cosas que el hombre olvida…
¿Pero qué es eso que escuchas en el
fondo?
¿Que sonido reconoces por encima de mi
voz?
¿Qué ha despertado en ti, tu memoria
dormida?
Un ritmo, o tal vez dos, una nota, tal
vez dos
Dibujas una sonrisa furtiva, mientras
tus ojos recuerdan…
“Que contigo aprendí, que existen
nuevas y mejores emociones…”
Tu memoria encuentra al joven que
enamora, el de la serenata en la oscuridad, que
“adora… la calle en que nos
vimos, la noche, cuando nos conocimos…”
“Oh reloj no marques las horas, porque
voy a enloquecer…
Ya no estás mas a mi lado corazón y en
el alma solo tengo soledad…
… Dicen que la distancia es el olvido,
pero el tiempo también hace lo suyo.
Vine aquí para sanarte, pero terminé
sanada.
Vine aquí para cantarte y acaso
terminé encantada.
Reviso tu obra. Me voy empapando de tus ideas y conquistas el pensamiento para embriagarlo con tu verbo. Manejas las letras a tu antojo para disfrutar haciendo frases profundas que calan el espíritu de quien las lee.
ResponderEliminarYady, bien describes a la peor de las muertes: la muerte en vida. Quién sabe por dónde vagan esas mentes idas. El estímulo de la música quizás cause el placer que describes. Una sola sonrisa, podrá confortar al visitante.
ResponderEliminarMe gustó la obra, me hizo sentirme allí, con la misma sensación del relator.
Saludos.
Yadita, su sensible alma de artista descubre un mundo misterioso al que quizá algún día entremos, ojalá un bolero, abrigado en nuestro inconsciente, reviva nuestro consciente y, ¡¡Ah, sonriamos!
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