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Un espacio entre nosotros, dedicado a liberar esa carga, ese comment reprimido a punto de explotar y que solo un buen vino y una buena charla lo saca!

Adelante este es tu espacio, comenta, critica, opina, descarga y se libre de pensar y sentir..

jueves, 29 de noviembre de 2012

Nazco de nuevo


Nace nuevamente, el que se mira al espejo un día y descubre que allí está.
Nace nuevamente, el que en el intento de crear algo, un día lo consigue.
Nace nuevamente, el que se atreve a caminar su sueño, el que deja de escuchar a otros para escucharse a si mismo, el que abre un camino nuevo y decide caminar despacio.
Nace nuevamente el que toma cada momento en su vida para disfrutar lo que hace
Nace nuevamente el poeta en cada poema, el pintor en cada cuadro, el escritor en cada libro, el artista en cada obra.

Hoy nazco de nuevo y lo haré cada vez que quiera, porque en mi búsqueda permanente de mi, me pierdo, me encuentro, me reinvento y vuelvo a nacer. 

Yadyra 

jueves, 20 de septiembre de 2012

En mi pequeño cuarto


Mis nervios han sido alterados, reconozco que estoy agitada, inquieta, perturbada, no logro provocar una conversación coherente, incluso me enojo con facilidad, tu no tienes la culpa, lo siento, son mis nervios, ¿será que debo parar? Tal vez merezca un descanso, eso es: Dormiré durante dos días y dejaré de pensar…

¡Me han atropellado! Eso es lo primero que pienso cuando me despierto. Tal vez haya perdido también la memoria, dicen que es la consecuencia de los atropellos,  pero lo recuerdo todo y contradictoriamente hasta me da ternura… 

Un pequeño cuarto de hotel, paredes blancas sin gracia, un piso de baldosa desgastada, una mesa de madera simple, una silla y una lámpara; una ventana tipo persiana que da a la calle, donde obvio, falta una hoja de vidrio que deja entrar el devenir de la gente, escucho sus pasos, sus conversaciones, de vez en cuando una motocicleta que sube o baja, unas risas y a veces por las noches algunos chicos celebrando su juventud o sus amores clandestinos… lo escucho todo porque aunque quisiera, no puedo evitarlo, si mi cama da a la ventana que está pegada a la calle. ¿Qué más puede pedir un escritor?  Pienso que así debió vivir Cortázar en sus mejores tiempos cuando vivía en una posada o Hemingway antes de lanzar sus afamadas novelas en la post guerra, ¿será que este es el mensaje que me traen las musas?  Lo tomo así y me acostumbro, es más, hasta le tomo cariño.  Es la habitación que me han dado para que acomode mis cosas, como invitada entre de un grupo de escritores y artistas que vinimos a exponer en la Diáspora Africana en el entorno de la Feria del Libro en Costa Rica.  No pasa nada, estoy contenta, es precisamente el lugar que un escritor necesita para inspirarse, nada de lujo, gente amable y sencilla, amigos estupendos. 

Sin embargo hay algo que no puedo sobrellevar y que me ha hecho salir corriendo de este idílico escenario literario. No quiero que suene a exageración, pues no lo es, junto al cuarto “norte” donde estoy hospedada, junto a mi cama que da a la ventana, junto a la ventana que da a la calle, está una estación de trenes que algún brillante presidente decidió rehabilitar hace dos años y que cada media hora anuncia la llegada imponente de 20 eternos vagones de carga y pasajeros, tiembla el cuarto y el tren se abre paso entre la gente y las calles con un ruido escandaloso, ensordecedor, estridente y perpetuo, tocando su sirena hasta dejar pasar el último vagón y callarse.    Dicen que el tren pasa una vez en la vida, pues en apenas siete días de mi vida en Costa Rica, ha pasado ese “bendito” tren alrededor de ¡250 veces!  Vivo cada media hora y muero al sonido de la siguiente sirena cuando viene el tren y pasa por encima de mi, en mi pequeña cama, en mi pequeño cuarto, en mi pequeño hotel, de mi pequeño mundo y me atropella otra vez.  


jueves, 6 de septiembre de 2012

Mi pedacito de Yo


Es extraño
No estoy triste, pero tengo dentro de mí un pedacito con esta cara :( 
Quiere llamar mi atención, yo sé, pero no le hago caso
Siento que es caprichosa porque no la dejo salir
Se que si le doy espacio va a hacer de mi lo que quiera
Decido mirarla de frente y le digo: ¿qué te pasa?
Me vuelve su mirada triste :( y siento que voy a ceder…
La regaño: ¡No me vengas con esos cuentos a estas alturas del partido!
Ahora me ignora, yo sé que disimula, ya no me habla,
Tal vez la prefiero así.
Vuelvo a enfocarme en mis cosas mientras pienso:
“Mis hijas están bien, sólo las extraño”… 

lunes, 23 de abril de 2012

El Sub realismo de un atraco.


Hace falta un empujón para salir del agua. Este es un relato real que me sucedió y que lo dejo plasmado como una lección aprendida en el camino que me toca vivir.

Eran las 8 de la noche y regresaba a casa después de una jornada normal de clases y visitas familiares, tenia planeado visitar a mi hermano pero no lo hice, decidí pasar de largo por su casa e irme temprano a descansar. Telefoneé a mi madre para decirle que llegaría en 10 minutos, que todo iba bien.  Y así fue durante los próximos 5 minutos, hasta que mi mente tuvo un desconecte con la realidad y lo que sigue sucedió como en cámara lenta…

Un semáforo en rojo, en una intersección importante, un vehículo delante de mí, otro a mi derecha, un bus lleno de pasajeros detrás y yo esperando sumergida en el abismo de mis ideas, contando los segundos o tal vez los autos que cruzaban sin percatarse de mi existencia; de pronto un golpe y el sonido de un cristal rompiéndose y miles de pedazos de cristal volando hacia mí, volteé a mirar y vi la mano intrusa que tomaba mi cartera para salir corriendo, lo detuve. No sé cómo, ni en qué momento mi mano derecha se lanzó a la misma velocidad que él, sobre su mano y agarré del mismo lado la cartera, jalé con todas mis fuerzas y me escuché gritarle -“¡No lo hagas!”, sentí que mi corazón salía por mi boca, mis músculos se tensaron, mi angustia se apoderó de mi por completo -“¡suelta!” me gritó, -“¡por favor, no lo hagas!”, -“¡suelta te digo¡”, -“¡por favor, NOO¡”, y en cada súplica forcejeaba con todas mis fuerzas para mi lado mientras el ladrón lo hacía para el suyo.  Mi mirada desesperada, buscó ayuda en los autos que me rodeaban, sólo encontré ojos aterrorizados de mudos espectadores en pausa, como esperando el fatal desenlace para lamentarse de lo que no debía suceder, pero estaba sucediendo. No pensé soltar, me di cuenta que nadie me ayudaría, pensaba en mis documentos, mi pasaporte, papeles importantes que sólo me importan a mi, un regalo para mi hijo de sus abuelos, pensaba en que no está bien, que esto no me está sucediendo, esto no es real, NOO, no voy a soltar “¡No lo hagas!” le dije por enésima vez mientras jalaba con todas mis fuerzas mi cartera hacia dentro del auto.  De pronto, un movimiento veloz puso un fin a la discusión, su mano sujetó un arma y me dijo: “¡sueltas la cartera o quieres que te mate!”,  de verdad que no le creí, dentro de mi cabeza me escuché decirme, “no está hablando en serio”, “no me va a matar”, “está tratando de asustarme”, “¿está seguro que lo va a hacer?, ¿de verdad que me va a matar? ¿va a apretar el gatillo?... fue entonces que sentí una fuerza que abrió mi mano amortiguada y entonces solté… solté todo, solté en llanto, solté el miedo que llevaba acumulado, solté la angustia que tensaba mis músculos, solté el pánico que estaba escondido y miré paralizada a la misma gente que me miraba sin saber qué decirme... entré en shock y lloré sin percatarme que el semáforo había cambiado a verde y los autos se movían lamentándose de mi cuadro doliente y patético en la mitad de la vía.  Nadie hizo nada.

No fue sino hasta después de una media hora, cuando la policía llegó junto con mi hermano, que me percaté que tenía la mano cortada y mis dedos amoratados, ni siquiera sentí el golpe que me había dado contra el volante. 
¡Oh Dios!, el ladrón no te roba la plata, te roba la paz, se lleva tu armonía, no tus cosas, te deja en completo desequilibrio, te deja miedo, desasosiego, inseguridad,  desesperanza.

No tuve rabia, tuve tristeza, tristeza por ese hombre que tiene que robar para tener, que tiene que golpear para hacerse sentir, que tiene que invadir para existir, tristeza por esta sociedad que no fortalece valores, que cría hijos en las calles, que tira pobreza a diario, que brota hombres y mujeres vacíos de si mismos, que deja de pelear por lo justo para engrandecer vanidades; que no mira más allá de lo que le conviene, que no participa porque no le importa.  

Necesité una terapia de abrazos para recuperar mi equilibro. Gracias a cada uno, mis amigos y mi familia que sabe lo que hizo para regresar mi paz.  Gracias a ustedes que se preocuparon por mi bienestar,  que me permite sacar valor para escribir mi relato y pensar las cosas con más claridad, seguiré caminando esta vida, no me tocó mi hora aún, al fin de cuentas, hay un mundo por delante que necesita gente con valor, gente fortalecida, dispuesta a luchar por lo justo y rescatar individuos hacia la conciencia, pues ¡aquí estoy!  Y ¡más fuerte que nunca!


Lic. Yadyra de Paz y Miño

miércoles, 7 de marzo de 2012

Te canto para que sanes, me sanas porque te canto


(Poema escrito para Wanayran Angerer, en agradecimiento a su maravillosa terapia de sanación "SANANDO CANTANDO BOLEROS", que ofreció a los ancianos del Hogar de N. S. de Fátima en el Chorrillo - Panamá, 2012

Por: Yadyra Yánez de Paz y Miño 


Me miras y tu mirada se pierde en el tiempo, 
Me escuchas y las palabras rebotan en el aire
Recorres con tus ojos el espacio que nos queda
Intentas reconocer mi rostro, tocar mi cara y entender mi voz
Pero tus memorias te alejan nuevamente
Haz olvidado quien eres, haz olvidado donde vas
Vuelvo a perderte en el abismo de tu mente


Hace tantos años que vives aquí, que ya perdiste la cuenta
Hace tantos años que existes aquí, que ya estás cansado

Soy un rostro más que se perderá en el talud de tu historia
Como tantas cosas que el tiempo se lleva
Como tantas cosas que el hombre olvida…
 
¿Pero qué es eso que escuchas en el fondo?

¿Que sonido reconoces por encima de mi voz?

¿Qué ha despertado en ti, tu memoria dormida?

Un ritmo, o tal vez dos, una nota, tal vez dos
Dibujas una sonrisa furtiva, mientras tus ojos recuerdan…
“Que contigo aprendí, que existen nuevas y mejores emociones…”

Tu memoria encuentra al joven que enamora, el de la serenata en la oscuridad, que 
“adora… la calle en que nos vimos, la noche, cuando nos conocimos…”

“Oh reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer…
Ya no estás mas a mi lado corazón y en el alma solo tengo soledad…
Ya la luz del sol se está apagando y me siento cansado de vagar…”

… Dicen que la distancia es el olvido, pero el tiempo también hace lo suyo.

Vine aquí para sanarte, pero terminé sanada.
Vine aquí para cantarte y acaso terminé encantada.